Sinopsis:
¿Y si el destino de la humanidad estuviera en tus manos? ¿Y si tu vida no fuera más que una mentira? ¿Y si tú no fueras realmente tú?
Roberto Cárdenas es el primer ministro del Partido, una organización fascista y paramilitar que, en el Madrid de posguerra del año 2045, gobierna despóticamente un país al borde de la autodestrucción. Es un líder nato, inquebrantable. Y es también un gen VB, el producto de un experimento gubernamental secreto.
En mitad de una tensa situación política, Roberto es asesinado a manos de la única persona en la que confía: Lucio Requena, el presidente del Partido. Esto es, al menos, lo que todos se empeñan en hacerle creer, pero, ¿está verdaderamente muerto? Y si así es, ¿por qué tiene la extraña sensación de que nada encaja, empezando por él mismo? Pero si él no es en realidad Roberto, ¿entonces quién demonios es?
Con media ciudad siguiéndole el rastro, y convertido en el blanco de megacorporaciones y letales escuadrones de combate, Roberto se verá inmerso en una cruenta carrera contrarreloj. En su huida, contará con la ayuda de improbables aliados, esquivos hackers y científicos de proyectos secretos hace años olvidados.
Momentum es una trepidante novela de acción y ciencia ficción ambientada en las calles de una Madrid futurista y decadente. Con un estilo ágil y directo, combina elementos del cyberpunk más desfasado de William Gibson, la paranoia y el solipsismo de Philip K. Dick, y la acción sucia, violenta y explícita que Richard K. Morgan ha popularizado en tiempos recientes.
El destino de la humanidad está en juego, y solo Roberto Cárdenas, el último gen VB, tiene la llave para poner fin a la crisis en ciernes. ¿Lo conseguirá?
Lo que dicen de ella:
«Obra amena y muy entretenida (se me ha pasado volando). Es una combinación del mejor Philip K. Dick y acción de los años 80. Carlos Sibid parece que lleva toda la vida escribiendo ciencia ficción. ¡Muy recomendada!».
Alberto; reseña de Amazon.
«Novela muy entretenida y recomendable, con mucha acción y un ritmo vertiginoso. La trama es una curiosa reimaginación del universo de ‘Desafío Total’ adaptado a un contexto español y tanto la premisa como la conclusión contienen ideas potentes y originales. En resumen: una grata sorpresa para los amantes de la ciencia-ficción seca, sucia y violenta (más propia de los años 70 y 80 que de la actualidad)».
Luis; reseña de Amazon.
Sobre la novela (sin spoilers):
Carlos Sibid al habla.
Puesto que me encuentro en mi pequeño pedacito de la Red, no quería dejar pasar la oportunidad de compartir algunas de las ideas e influencias que se esconden detrás de esta novela. Ideas que, como no podía ser de otra forma, han guiado mi escritura y mis pensamientos a lo largo de interminables noches de redacción y revisión; ensayo y error.
En primer lugar, hablemos de géneros literarios. Momentum es, en esencia, una combinación de acción y ciencia ficción. Por supuesto, hay mucho cyberpunk; todo el cyberpunk que fui capaz de imaginar: pereversas corporaciones con más poder que las propias naciones, estados fascistas y policiales en los que el individuo ha quedado reducido a un mero número y en los que la xenofobia está institucionalizada, tecnología futurista y alienante, hackers, suciedad y contaminación atmosférica, perdedores y antihéroes…
Evidentemente, William Gibson ha sido un referente clave, al igual que Bruce Sterling y, por citar algún escritor más reciente, Richard K. Morgan. No puedo ocultar mi admiración por Carbono modificado (Altered Carbon, 2002). Ni por la increíble Snow Crash (1992), de Neal Stephenson.
Mención aparte merece Philip K. Dick. Ni siquiera puedo citar obras concretas de su obra, sino toda ella en su conjunto como fuente inagotable de referencia e insipiración, y a la que periódicamente acudir.
Además de a la literatura, el ojo más avezado encontrará en Momentum numerosas referencias a los universos del cómic y el cine. Del noveno arte, destacan figuras como Frank Miller o Geof Darrow, autor e ilustrador, respectivamente, de esa locura tan absorbente y magnética como es Hard Boiled (1990). Del séptimo, no tendría espacio para citar todas las obras relevantes: Robocop (1987), Minority Report (2002), Johnny Mnemonic (1995), Blade Runner (1982)…
Momentum es, pues, el resultado de toda esa ciencia ficción, y, en concreto, de todo el cyperpunk que a lo largo de los años he ido devorando y asimilando.
La principal referencia, no obstante, y por encima de todas las demás, es la película Desafío total (Total Recall, 1990), dirigida por el egregio Paul Verhoeven y protagonizada por el irrepetible Arnold Schwarzenegger (e inspirada, cómo no, por la obra de Philip K. Dick). Una de mis películas favoritas de niño/adolescente (y todavía a día de hoy). Esa idea de que un perfecto don nadie tenga la llave para salvar a la humanidad; y de que fuerzas misteriosas vayan tras él por alguna razón incomprensible; y de que el héroe tenga habilidades muy específicas de las que ni él mismo sea consciente… Todo ello está, en mayor o menor medida, presente en Momentum, si bien la historia toma derroteros distintos.
En cuanto al estilo y el tono, pretendí dotar a la novela de un aroma clásico, como si en realidad hubiera sido escrita en los años ochenta más que en la segunda década del siglo XXI. De ahí que el futuro que se plantea sea un avanzado e improbable año 2045, máxime cuando, en el momento de escribir estas líneas (finales del año 2021), a cualquiera nos parecería una quimera que en 24 años podamos colonizar la Luna, o que haya naves de transporte de ida y vuelta entre el satélite y nuestro planeta. Pero si pensamos en Momentum como en una obra escrita en los años ochenta, la cosa cambia. Quien estas palabras escribe ha leído demasiada ciencia ficción de los años setenta y ochenta, y supongo que por algún lado tenía que salir todo eso.
Y un aspecto más que no quería dejar de comentar: Momentum está ambientada en la ciudad de Madrid. A pesar de lo mucho que siempre he disfrutado de las películas y novelas citadas algunos párrafos más arriba, nunca he dejado de echar algo en falta. De pequeño, fantaseaba con la posibilidad de que esas historias futuristas de acción estuvieran ambientadas en las calles de una Madrid decadente. Con Momentum me he quitado esta pequeña espina que tenía clavada.
Tan acostumbrados como estamos al cine americano, diría que resulta refrescante, y hasta exótico, ver que estas historias también pueden desarrollarse en las calles de Madrid (y que bien podrían ser las de Barcelona, Sevilla o Valencia), y sus protagonistas no tienen por qué llamarse Douglas Quaid o Jon Anderton; también pueden ser unos castizos Lucio Requena o Roberto Cárdenas. Es apenas un guiño, y no diría que sea lo más destacado de Momentum, pero no deja de ser un rasgo distintivo y simpático que los más asiduos al género probablemente agradezcan.
En este sentido, siempre me han dado algo de envidia los neoyorquinos o los londinenses cuando en las las obras de ficción anglosajonas se describen, con todo lujo de detalles, barrios y calles de sus ciudades. Poder leer en esos mismos términos sobre zonas que conozco personalmente, como Callao, el Palacio Real, la Puerta del Sol o el metro de Madrid, es doblemente gratificante. En esta línea, otro referente ineludible y patrio ha sido Álex de la Iglesia. Esa Madrid caótica y absolutamente hipnótica de obras como El día de la bestia (1995) bien se merece un monumento. O, por lo menos, una extensión o actualización dentro del entretenimiento de género hispanohablante. Sea esta primera novela que he tenido el placer de escribir un ejemplo de ello.
Y esto es ya lo último que quiero decir: ha sido un auténtico placer sacar todo lo que tenía dentro de mí para esta novela. He disfrutado mientras lo hacía, riendo juguetonamente de los planes que tenía reservados para los protagonistas, y poniéndome en la piel de esos lectores voraces de ciencia ficción que quieren más de Madrid, más de Desafío total, más cyberpunk, naves espaciales y presidentes maquiavélicos de absurdas y enormes corporaciones.
Momentum es mi primera novela, y deseo de veras que hayas podido encontrar algo de diversión y entretenimiento en ella (o que lo encuentres, si aún no la has leído). Dudo mucho que vaya a hacer lo mismo en cada una de mis novelas, pues cada año, con cada lectura y escritura, dejo de ser el que era para transformarme en otra persona, como nos pasa a todos. Ciertos elementos, inevitablemente, se mantendrán; son, al fin y al cabo, los que me definen como autor. Y creo que un buen resumen es ese concepto del que a veces hablo: ciencia ficción sucia. Sí, eso es lo que creo que es Momentum. Y ese va a ser el terreno en el que me mueva en mis próximas novelas.
Así que, si aún no has disfrutado de la novela, te animo a darle una oportunidad. Y más si algo de lo que he dicho a lo largo de este texto ha resonado en ti.
¡Larga vida a la ciencia ficción!
¡Larga vida al cyberpunk!
¡Y larga vida al protagonista de Momentum, ese antihéroe bastardo y odiado, paria de la sociedad, pero que tiene la llave para salvarnos a todos! A los buenos, a los malos, a los idiotas y a los que, con suerte, harían del mundo un lugar mejor. Porque, entre toda la suciedad, la destrucción y la violencia, hay esperanza. Sea ese el mensaje final de esta obra. Incluso entre lo peor de la humanidad, todavía puede haber espacio para un mañana mejor.