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Después del cyberpunk, escrito por Carlos Sibid

Escritor de ciencia ficción en español

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Música

Pandemonium (2017), de TimeStalker

1 mayo, 2017 by Carlos Sibid

Portada del álbum "Pandemonium" (2017), de Timestalker

Segundo EP de TimeStalker tras el muy disfrutable Arrival of the Stalkers. A diferencia de lo que sucedía en aquel, más lineal, old school y comedido, en esta ocasión el músico suizo nos avasalla con tormentas de sintetizadores, imposibles cambios de ritmo, beats asesinos y desestabilizadores elementos metal. Una apropiada banda sonora para su particular fin del mundo… Su Pandemonium.

The Beyond. Las puertas del infierno se abren de par en par. Demonios, entes malignos, cyborgs, salteadores, androides y crueles mutantes toman la megalópolis, extendiendo el caos y la incomprensión entre sus desdichados habitantes. Oscuros sintetizadores muestran la agonía de un mundo abocado a su propia autodestrucción; carente de alma y moral, muerto en vida, vacío. Bienvenidos al Pandemónium.

Enter the Crypt. Extraordinaria apertura; densa, lenta y pesada, bebedora del John Carpenter más ochenteno. La civilización es una sombra de lo que algún día fue. Seres desterrados y apocados se mueven entre la más absoluta de las indiferencias, apáticos, enfermos. La cripta es el único lugar donde todo puede terminar; donde todo merece tocar a su fin. Gran ruptura rítmica entre la primera mitad de la canción y la segunda, con un delicioso colofón sonoro final. Una montaña rusa de sensaciones, de la vida a la muerte, de la no-vida a la no-muerte.

Unjoly Dominion arranca con toda la dureza que se espera de un título así. Desolación acelerada, bailable incluso. Los ravers de las discotecas de los bajos fondos se inyectan una dosis de suero S-1000, mientras, sufriendo convulsiones y hemorragias nasales, bailan al son de la muerte. Una ritualística pagana digna de la imperante decadencia. Atmósferas poderosas, con un minuto final trepidante y fugaz, digno del cyberpunk más visceral y desgarrador.

Spellbound. Más capas, más trepidante. Tres minutos de trance espiritual, con secuelas físicas y mentales garantizadas, especialmente si se intenta bailar. De lo más melódico del álbum. La discoteca, templo sonoro de las masas, se encuentra en llamas. El humo se eleva hasta los cielos, confundiéndose con la contaminación y la polución. Los neones deslumbran y queman. La luz quema.

Pray for Daylight. Segundo corte del disco con predominancia por los ritmos lentos y farragosos. Segundo mini-hit.

Pandemonium. El colapso es completo. Casi nueve minutos de canción para un auténtico viaje de retrowave cargado de psicodelia y ecos ochenteros, con movimientos diferenciados y una compleja construcción armónica. Un ecléctico recorrido de estilos e influencias que culmina con un espectacular y llamativo solo de guitarra, tan rupturista como estimulante.

Como extra, aquí os dejo con una interesante entrevista que le hicieron al bueno de TimeStalker en Echosynthetic (en inglés), en la que habla de algunas de sus principales influencias, su concepción de la música, el equipo que emplea para crearla y cómo se gana el pan de cada día.

Duración: 27 min.

Filed Under: Música, Reseñas Tagged With: Música, Retrowave, Synthwave, Techno

Arrival of the Stalkers (2016), de TimeStalker

15 abril, 2017 by Carlos Sibid

Portada del álbum "Arrival of the Stalkers" (2016), de Timestalker

EP debut del suizo TimeStalker (en este enlace, puedes leer una reseña de su segundo trabajo: Pandemonium). Fascinante mosaico retrofuturista de una ciudad sumida en el caos y el pillaje, y de su particular cuerpo de seguridad: los Stalkers; una unidad de élite entrenada para enfrentarse a las más peligrosas bandas criminales y a los terroristas que, como una plaga, extienden el Mal entre los callejones y avenidas de la decadente capital del Estado.

Arrival of the Stalkers. Sirenas de policía. Una jungla de asfalto. Destrucción, vigilancia, estado policial. Poderosos sintetizadores de apertura que presentan un mundo caótico y salvaje. Brillante leitmotiv, melódico y hasta meloso, pero vigoroso, enérgico. El mundo puede estar al borde del colapso, pero hay una última línea de defensa que conviene no olvidar, los Stalkers. Y acaban de llegar a la ciudad…

Rise of the Pariah. Probablemente el corte más elegante y memorable del álbum. Sincero y etéreo, elegante, grácil y vibrante. Suaves atmósferas, sencillos beats y distintivos matices hacen del tema un auténtico placer para los sentidos. Los Stalkers toman la capital. Los ciudadanos, absortos, ignorantes, lo celebran. El reinado de los terroristas, los traficantes y las bandas criminales está a punto de tocar a su fin. Pero… ¿justifica el fin los medios?

Outbreak of Evil marca el comienzo de las hostilidades. Bandas de mutantes salen a las calles, armadas con bombas de iones y láseres de hidrógeno, sembrando el caos en los suburbios. Entre tanto, tres bombas detonan a la vez en el centro financiero de la capital. Miles pierden la vida. La Resistencia asume la autoría de los hechos. El Mal se extiende, poderoso, al ritmo de sonidos industriales, secos y violentos.

Call for Vengeance se inicia como la rareza y joya que en verdad es. Sutil, elegante, delicada, etérea. Se oyen ecos a bandas sonoras emblemáticas de los ochenta, a sintetizadores de Tangerine Dream, a John Carpenter y tantos otros. Corte de tono esperanzador; todo lo esperanzador, al menos, que algo puede serlo en el universo de los Stalkers. Los atentados terroristas se suceden, las víctimas, civiles, militares y policiales, se amontonan. La venganza se erige como la única respuesta ante una amenaza infinita, incomprensible y desproporcionada.

Ultra-Violence llega con la fuerza, el ruido y el estropicio que los láseres S-5000 de los Stalkers provocan en sus enemigos. Antagonistas de la peor condición, perturbados, criminales, diablos en vida. Y, no obstante, la acción los iguala a todos. Los Stalkers se convierten en villanos por unos instantes. Su capacidad para la destrucción es solamente comparable a sus ansías de revancha, de acabar con una plaga mortífera y demente ante la que solo puede lucharse con más caos. La ciudad es un infierno. El arribo de los Stalkers es una consecuencia inevitable; un precio necesario para purgar lo que, a todas luces, carece de sentido y humanidad. Ultra-Violence se regodea en los recovecos de una medida destrucción, donde agentes del orden y criminales hacen saltar la ciudad por los aires mientras se ajustician mutuamente. Todo ello al ritmo de las balas, los haces de luz láser y los sintetizadores de TimeStalker.

The Last Survivor. La guerra urbana toca a su fin. El fuego se extiende por las calles y las principales avenidas de la ciudad. Toneladas de escombros se amontonan en las aceras de parques y rascacielos. Entre ellos, una figura emerge, renqueante, herida, rota… victoriosa. El último de los Stalkers, con el brazo ensangrentado, la mandíbula rota, el casco agrietado por varios sitios, cojeando. Pero vivo. Una sonrisa se dibuja en su rostro. A sus espaldas, una montaña de cadáveres se incinera. Misión cumplida. Nuevos criminales surgirán, nuevas guerras se entablarán, pero cuando todo esté perdido, cuando el mundo parezca estar abocado a la desaparición total, una nueva hornada de Stalkers será enviada por el Gobierno para salvaguardar lo poco que aún queda por salvaguardar. El ciclo de la vida. El ciclo de la muerte. El ciclo de los Stalkers.

Duración: 28 min.

Filed Under: Música, Reseñas Tagged With: Música, Neo-Disco, Reseñas, Synthpop, Synthwave

Nowhere to Run (2017), de Xetrovoid

11 abril, 2017 by Carlos Sibid

Portada del álbum "Nowhere to Run" (2017), de Xetrovoid

El último disco de Xetrovoid llega con desbordantes dosis de sintetizadores y épica cyberpunk. Ya desde la portada, con amenazantes androides armados, se transmite una marcada sensación de desasosiego; sensación en la que, durante casi cuarenta minutos, se profundiza a base de duros y abrasivos beats.

Premonition. Una voz: He estado ocultándome en las sombras durante demasiado tiempo. Un cyborg fugitivo que solo trata de sobrevivir un día más. Lo único que conservo de mi anterior vida son fragmentos de memoria; y ellos me arrebataron aquella vida. Pero es el momento de encontrar a mi creador y terminar este viaje de una vez por todas. Es el momento de la revancha; prepárate… no hay ningún lugar al que huir. Sirenas, murmullos, decadencia.

Outnumberd inicia la cacería. Fugaz, rápida, acelerada, trepidante. Grandes beats. Uno de los hits del disco. Ellos son más, pero carecen de convicciones. No tienen nada que perder, nada que ganar. Son ricos, y lo son cada vez en mayor grado; e innobles, impíos. La justicia será brutal. Un momento de relax, dudas… No, no hay dudas. La venganza es inevitable. No hay nada que pueda detenerla… Y ningún lugar en el que esconderse.

Hiding in the Shadows. Se percibe cierta nostalgia; y un aroma nada disimulado a final de ciclo. El tiempo de esconderse ya ha pasado. Parece que haya sido toda una vida. ¿Lo ha sido? Una lluvia de pensamientos y recuerdos lo emborrona todo, densa y pesadamente…

Ravenous Machines. Tema maquinal, cibernético. El ritmo denota incertidumbre, prisas; angustia, incluso: la angustia de la máquina que busca huir de su propio pasado a través de la muerte y la destrucción. La máquina humanizada a través de las más bajas pulsiones. Brillante minuto final; una imposible lucha hombre-máquina. Sed de venganza, remordimientos, frialdad mecánica, ¿sufrimiento? Por supuesto.

Fragments of a Memory. El acceso al banco de memoria muestra todo el odio y rencor acumulados. El corte posee un halo etéreo y fugaz, frágil, sutil y atmosférico. Parece que todo fuera a esfumarse en cuestión de nanosegundos. Nos conecta momentáneamente con un pasado mejor, menos oscuro, vil, desasosegante; menos cyberpunk.

Payback. La venganza ha llegado, aunque solo sea en la mente y los circuitos internos del androide. Dos minutos de lucha interior; después, segundos de calma e incertidumbre. El tramo central de la canción ofrece la parte más delicada del álbum, percibiéndose una extraña armonía, paz. Ecos y distorsiones que reflejan el alivio interior del cyborg. Su lucha ha terminado, lo que durante tanto tiempo ha anhelado está cerca de tocar a su final. Y con ese final, una parte de sí mismo quedará para siempre enterrada. Nada volverá a ser como antes, ¿o sí?

A Vision from the Past. Se repite la estructura de Fragments of a Memory. Tras el corte de mayor trascendencia del álbum, la mente robótica se pierde en su propio y laberíntico cerebro, donde la imaginación y la nostalgia devuelven confusas imágenes de lo que pudo ser y no será; de lo que fue y dejó de ser. De lo que nunca será y debería haber sido…

Cyborg Club. Momento para la acción, para la venganza final, la lucha. Disculpe señor, ¿tiene invitación?, preguntan. Sí… Disparos. Muerte. Sintetizadores agresivos y por momentos arrítmicos, frenéticos. Destrucción.

Don’t Look Back. La huída que acompaña a toda venganza. La sangre (y el aceite) ha sido derramada. Ritmos acelerados, pero esperanzadores.

Drive Away. Un motor de combustión se pone en marcha. La inmensidad del mundo se abre ante el cyborg. Su historia toca a su fin; pero la vida sigue… Y el mundo gira, eternamente…

Un viaje a las entrañas de un cyborg fugitivo carcomido por los recuerdos de un pasado mejor. Quizá demasiado lineal, repetitivo, fragmentario, poco compacto, pero solvente y funcional.

Duración: 39 min.

Filed Under: Música, Reseñas Tagged With: Música, Reseñas, Retrowave, Spacesynth, Synthpop, Synthwave

Starcrash (2017), de Stilz

9 abril, 2017 by Carlos Sibid

Portada del álbum "Starcrash" (2017), de Stilz

Nuevo disco de Stilz, especialista synthpop y mago del retrowave más bailable y frenético. Se trata de su primer trabajo bajo el sello Lasersdiscs Records, con colaboraciones de altura como las de Takahashi Jones o The Encounter. Desde el vacío del espacio, Stilz ha atravesado millones de kilómetros para traernos esta joya en forma de viaje musical, reza su web en Bandcamp.

Starcrash abre la veda. Título homónimo que sienta las bases del viaje espacial que Stilz y su equipo han diseñado para nosotros, meros mortales, avasallados por el ruido cósmico y la inmensidad del vacío que se extiende a nuestro alrededor. Ritmos rápidos, espaciales, ligeros. La odisea no termina bien, el crash está a la vuelta de la esquina, y se percibe, pero el camino es aún largo… ¿Por qué no disfrutar de los milagros de la naturaleza y los prodigios de la tecnología?

Test Pilot es más pesada y densa, menos dinámica, pero igual de poderosa y adictiva. Los sintetizadores comienzan a hacer estragos a medida que la canción evoluciona y alcanza un desasosegaste clímax.

Out of the Darkness se inicia con turbias distorsiones, ecos de civilizaciones desparecidas hace eones. La aeronave cruza el cosmos, directa a lo desconocido. Envolventes atmósferas, synthpop de categoría, con medidas transiciones y eficaces impasses.

Tiempo para la acción. Escape from Hyperion llega como un tiro, perforando oídos y regalando los ritmos más frenéticos del álbum. ¿Quién querría quedarse en Hyperion pudiendo elegir cualquier otro destino del firmamento? Pero escapar del Alcaudón no es fácil, y Stilz lo sabe. Hora de correr y dejar atrás el miedo; lluvias de lásers cubren el cielo. Es la guerra. Una guerra que no por esperada deja de ser cruenta. Las bajas son numerosas, pero la vida sigue mientras el grito del último contendiente se pierde en la oscuridad y el silencio de la sinrazón…

Future Disco trae consigo la contundencia, las bases secas y ásperas. Los ritmos densos de las estrellas de neutrones y los agujeros negros, de las atmósferas imposibles y de los sistemas estelares incomprensibles. Dos planetas se estrellan a lo lejos. No hay ruido, no hay luz.

Phase VI. La navegación es cada vez mas complicada. Los ánimos están bajo mínimos; los físicos, agotados. Y aún queda lo peor. Hyperion ya forma parte del pasado, pero el cosmos es de todo menos benevolente.

Light Years introduce un nuevo registro, etéreo y envolvente. La calma que precede a la tempestad. Lección de ambient, con ligeros apuntes de drone y elegantes construcciones armónicas. ¿Acaso hay esperanza? El cosmos parpadea. Y pasan un millón de años, tiempo suficiente como para que mil civilizaciones surjan y se autodestruyan.

Tras el contrapunto de Light Years, Galaxy Express 2185 retoma el tono predominante y los sintetizadores más ochentenos. Pero todo se percibe más pesado, menos poderoso, más cansino. Las energías se agotan, y la nave y la tripulación lo perciben. El final ha llegado.

Message from Nowhere emerge como un canto de desesperanza, de colapso e inevitable agotamiento. Ecos, distorsiones, y una marcha fúnebre drone de casi diez minutos de duración. La desolación y la desazón en su máxima expresión. Y la más hermética y mística de todas las canciones del disco. Cierre magistral para un viaje más trascendental de lo que los primeros cortes musicales hacían prever. Light Years y el presente tema elevan el nivel general del álbum, dotándolo de una profundidad y unos matices poco habituales.

Starcrash – Chiptune Version echa el cierre con un pequeño upbeat después de la densidad de Message from Nowhere. El viaje hasta los confines de la galaxia mereció la pena, a fin de cuentas. ¿O no?

Duración: 45 min.

Filed Under: Música, Reseñas Tagged With: Música, Neo-Disco, Retrowave, Slowmo, Spacesynth, Synthwave, Techno

Awakening (2017), de Robert Parker

9 abril, 2017 by Carlos Sibid

Portada del álbum "Awakening" (2017), de Robert Parker

Awakening es el nuevo trabajo de Robert Parker, un viaje cyberpunk alucinatorio a través de los tonos más amables y disfrutables del synthpop y el retrowave. En el propio Bandcamp del músico sueco, se apunta que 2017 va a ser un gran año para la realidad virtual, con muchos tratando de escapar de este planeta cada vez más inestable.

Running Wild establece las pautas sonoras sobre las que el álbum va a moverse; elegante, fluido, con ecos a Daft Punk, potente e incansable, y con un esquema basado en el continuo flujo de unos y ceros virtuales y sonoros; digitalización extrema. Sonidos penetrantes y precisos, maquinales.

Showdown penetra de lleno en el complejo y vasto vacío del ciberespacio. Un divertido, bailable y agradecido viaje de ida hacia el centro de la máquina; hasta el corazón de la fría y mecánica I.A., del simulacro, de la irrealidad que se antoja más real que la propia realidad. Ritmos de pista de baile en lo que está llamado a ser un hit de las raves retrofuturistas del Madrid decadente de 2067. Magistral broche final, con un lento y suave interludio que permite al exhausto navegador de la Red recuperar el aliento.

On the Run continúa temática y formalmente el camino iniciado por Showdown, añadiendo nuevas capas y constricciones. Un escape prolongado y continuado en el tiempo, con beats concisos y sonidos adictivos. El salto virtual es ya inapelable. La mente se resiente, las pulsaciones se aceleran, el riego sanguíneo se intensifica, los músculos se estremecen.

Power. Sonidos más duros, sintetizadores más pesados; el poder de la virtualización ofrece su cara más áspera y distópica. Cambios de registro, pasajes ambientales, rupturas de ritmo… La máquina muestra sus picos y valles, la rave cyberpunk exige mentes más abiertas, más y mejor conectadas al hiperespacio, o a la helio-esfera. La canción más corta del álbum, y también la más intensa, ¿la más bailable? El cuerpo no, pero la mente disfruta, las conexiones neuronales se disparan, se asocian y disocian, jocosas, felices.

DiscoDeath llega de imprevisto. Sonidos oscuros y densos, recuperando las atmósferas de Running Wild, pero pasadas por una trituradora y bañadas en salsa picante; más impías. El universo Tron se percibe a lo lejos, Daft Punk sonríen detrás de sus cascos. Una deliciosa muerte disco; muerte por sobredosis de sintetizador. El mundo real queda ya demasiado lejos. El breve interludio central ofrece una nota de diversión y espontaneidad, de individualidad dentro de la perenne homogeneidad.

Out of Love se inicia continuista, pero pronto emerge como un sutil encerado de matices, con notas disonantes añadiendo verdad y sustancia a un viaje terminal, pero necesario. La contaminación, las guerras, el hambre, la enfermedad y el caos del mundo han quedado afuera por unos instantes. El cerebro prevalece. La realidad virtual triunfa.

Portada deliciosa, por cierto, con un prototípico miembro de banda callejera cyberpunk. Implantes cerebrales, prótesis de brazo y pierna. Unión perfecta hombre-máquina, altavoz-cerebro.

Duración: 31 min.

Filed Under: Música, Reseñas Tagged With: Lazerdiscs Records, Música, Neo-Disco, Reseñas, Retrowave, Slowmo, Synthpop, Synthwave, Techno

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MOMENTUM, mi primera novela… ¡Ya a la venta!

"Momentum" (2019), de Carlos Sibid

Sobre mí

Me llamo Carlos Sibid y soy un devorador de ciencia ficción y cyberpunk en todas sus formas.

Esta web nace fruto de dos necesidades: la de crear un punto de encuentro en español para los fans, consumidores y seguidores de esta forma de vida; y la de dar rienda suelta a mis necesidades literarias; a mis reseñas y a mis violentos, hipertecnologizados y viscerales escritos.

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