El último disco de Xetrovoid llega con desbordantes dosis de sintetizadores y épica cyberpunk. Ya desde la portada, con amenazantes androides armados, se transmite una marcada sensación de desasosiego; sensación en la que, durante casi cuarenta minutos, se profundiza a base de duros y abrasivos beats.
Premonition. Una voz: He estado ocultándome en las sombras durante demasiado tiempo. Un cyborg fugitivo que solo trata de sobrevivir un día más. Lo único que conservo de mi anterior vida son fragmentos de memoria; y ellos me arrebataron aquella vida. Pero es el momento de encontrar a mi creador y terminar este viaje de una vez por todas. Es el momento de la revancha; prepárate… no hay ningún lugar al que huir. Sirenas, murmullos, decadencia.
Outnumberd inicia la cacería. Fugaz, rápida, acelerada, trepidante. Grandes beats. Uno de los hits del disco. Ellos son más, pero carecen de convicciones. No tienen nada que perder, nada que ganar. Son ricos, y lo son cada vez en mayor grado; e innobles, impíos. La justicia será brutal. Un momento de relax, dudas… No, no hay dudas. La venganza es inevitable. No hay nada que pueda detenerla… Y ningún lugar en el que esconderse.
Hiding in the Shadows. Se percibe cierta nostalgia; y un aroma nada disimulado a final de ciclo. El tiempo de esconderse ya ha pasado. Parece que haya sido toda una vida. ¿Lo ha sido? Una lluvia de pensamientos y recuerdos lo emborrona todo, densa y pesadamente…
Ravenous Machines. Tema maquinal, cibernético. El ritmo denota incertidumbre, prisas; angustia, incluso: la angustia de la máquina que busca huir de su propio pasado a través de la muerte y la destrucción. La máquina humanizada a través de las más bajas pulsiones. Brillante minuto final; una imposible lucha hombre-máquina. Sed de venganza, remordimientos, frialdad mecánica, ¿sufrimiento? Por supuesto.
Fragments of a Memory. El acceso al banco de memoria muestra todo el odio y rencor acumulados. El corte posee un halo etéreo y fugaz, frágil, sutil y atmosférico. Parece que todo fuera a esfumarse en cuestión de nanosegundos. Nos conecta momentáneamente con un pasado mejor, menos oscuro, vil, desasosegante; menos cyberpunk.
Payback. La venganza ha llegado, aunque solo sea en la mente y los circuitos internos del androide. Dos minutos de lucha interior; después, segundos de calma e incertidumbre. El tramo central de la canción ofrece la parte más delicada del álbum, percibiéndose una extraña armonía, paz. Ecos y distorsiones que reflejan el alivio interior del cyborg. Su lucha ha terminado, lo que durante tanto tiempo ha anhelado está cerca de tocar a su final. Y con ese final, una parte de sí mismo quedará para siempre enterrada. Nada volverá a ser como antes, ¿o sí?
A Vision from the Past. Se repite la estructura de Fragments of a Memory. Tras el corte de mayor trascendencia del álbum, la mente robótica se pierde en su propio y laberíntico cerebro, donde la imaginación y la nostalgia devuelven confusas imágenes de lo que pudo ser y no será; de lo que fue y dejó de ser. De lo que nunca será y debería haber sido…
Cyborg Club. Momento para la acción, para la venganza final, la lucha. Disculpe señor, ¿tiene invitación?, preguntan. Sí… Disparos. Muerte. Sintetizadores agresivos y por momentos arrítmicos, frenéticos. Destrucción.
Don’t Look Back. La huída que acompaña a toda venganza. La sangre (y el aceite) ha sido derramada. Ritmos acelerados, pero esperanzadores.
Drive Away. Un motor de combustión se pone en marcha. La inmensidad del mundo se abre ante el cyborg. Su historia toca a su fin; pero la vida sigue… Y el mundo gira, eternamente…
Un viaje a las entrañas de un cyborg fugitivo carcomido por los recuerdos de un pasado mejor. Quizá demasiado lineal, repetitivo, fragmentario, poco compacto, pero solvente y funcional.
Duración: 39 min.