COMPRAR ATRAPADO ENTRE DOS UNIVERSOS
COMPRAR ATRAPADO ENTRE DOS UNIVERSOS
Sinopsis:
El 22 de diciembre de 2058, Madrid saltará por los aires…
Madrid, 21 de diciembre de 2058. En la víspera del referéndum para la reunificación de España y Catalunya, unos seres incomprensibles, procedentes del universo de al lado, nos invaden. Durante las veinticuatro horas siguientes, destinadas a cambiar el rumbo de la historia, Rod y sus amigos, un grupo de drogadictos y delincuentes de poca monta, harán lo imposible para sobrevivir a la invasión en una ciudad sumida en el caos y la desesperación.
Pero eso no es todo: sin saberlo, Rod se convertirá en el principal objetivo de los seres del universo de al lado, quienes lo necesitan para completar su trasvase hasta nuestro mundo; y de los Adoradores del Universo-2, una secta científico-religiosa que lleva décadas anunciando el apocalipsis.
Con fuerzas ingobernables jugueteando con su cerebro, Rod tendrá que tomar la decisión más importante de la humanidad; la que garantice la salvación de la especie o su condena definitiva. Pero lo único que Rod quiere es colocarse con otro chute de lágrimas de lagarto y que lo dejen en paz…
Carlos Sibid está de vuelta, dispuesto a destruir la ciudad de Madrid de una forma más devastadora e imaginativa que en Momentum, su anterior novela. Con un estilo fresco y directo, Atrapado entre dos universos hará las delicias de los fans más hardcore de la ciencia ficción y la acción.
Mete a Katsuhiro Otomo, Geoff Darrow, Paul Verhoeven y Richard K. Morgan en una licuadora, enchúfala, ponla al máximo de revoluciones, y obtendrás el cóctel molotov que Atrapado entre dos universos es: acción trepidante, extraterrestres atípicos, sectas trastornadas, destrucción masiva, ciencia ficción metafísica, cyberpunk, y mucha, mucha diversión.
¿Y tú? ¿Estás listo para el fin del mundo? Échate a las calles de una Madrid decadente y esquizofrénica de la mano de Rod y sus colegas, y sé testigo de excepción del apocalipsis.
Sobre la novela (sin spoilers):
Carlos Sibid al habla.
Cojo aire.
Bebo agua.
Y me dispongo a teclear.
¡Aquí estoy! Sí, por fin, cuatro años después de la publicación de Momentum, listo y dispuesto para hablarte de algunos de los entresijos de mi segunda novela: Atrapado entre dos universos.
Me hace especial ilusión porque, entre otras cosas, y como podrás imaginarte, publicar una segunda novela no es una tarea sencilla. Todo el mundo habla de lo difícil que es publicar la primera novela. Y a buen seguro que lo es, no me malinterpretes. Todo es nuevo y retador. Y también estimulante. Hay que probar cosas, equivocarse, detectar errores (con la ayuda de terceros o sin ellos), subsanarlos y terminar con un producto final del que sentirse, cuanto menos, satisfecho.
Pues bien, la segunda novela es todo eso y todavía más: hay que repetir el proceso, no menos arduo y complejo, desde el principio; y hay que evitar cometer los mismos errores, tarea que, no por sabida, se vuelve más sencilla. Pero esto únicamente te garantiza no meterte en los mismos embrollos. Ah, ¡ojalá todo fuera tan fácil! Pero no: es uno mismo el que tiene que darse de bruces con la realidad, pues no tardarán en aparecer nuevos problemas de los que nada habíamos oído, surgir piedras en el camino, retos a superar, y llegan los dilemas, las dudas, los miedos, los bloqueos…
El eterno retorno.
Y, en el fondo, ¿qué es la escritura sino eso mismo? Un reto constante. Una batalla contra uno mismo y la cordura.
Uno puede mejorar su prosa, entender qué es lo que mejor le funciona y lo que le da mejores resultados, pero no es algo que se perfeccione con una novela, ni con dos, ni con tres… Por eso, cada nueva obra es un nuevo reto; con ciertas semejanzas, desde luego, pero con su propia cadena de problemas a resolver. Y, si te estoy soltando toda esta parrafada múltiple, es porque, de alguna forma, conseguí dar con la clave para la resolución de la compleja ecuación que se me planteó a la hora de alumbrar esta historia.
O de parirla, más bien.
Hay algunos cambios respecto a Momentum. En primer lugar, la magnitud de lo que se cuenta. De las 70.000 palabras con las que contaba mi obra debut, nos encontramos aquí con unas 100.000. Casi un 50% más. El tiempo verbal no es el mismo: de pasado en primera persona me he lanzado al (siempre potente) presente en primera persona; el lenguaje del cine, como me gusta llamarlo (pues así es como se escriben los guiones de cine y TV, y cada vez más novelas de ficción).
Con ello, he buscado una mayor cercanía con los dramas y las luchas de los personajes principales. Y también que el Madrid del año 2058 se convierta en un personaje más de la narración. Entre sus calles y recovecos, hay dolor, crudeza y desesperación, y se transpira de una forma mucho más orgánica y efectiva.
Madrid, una vez más, es el telón de fondo de Atrapado entre dos universos. Y lo es en mucha mayor medida que en Momentum. Hay oportunidad de visitar los túneles del metro, el estadio Metropolitano del Atlético de Madrid, las entrañas del edificio de España, los bajos de Moncloa, el Rastro, las Vistillas o la Dehesa de la Villa, entre muchas otras localizaciones. Es un tour de force estimulante y plagado de acción y sorpresas para los más asiduos al género. Esto es, al menos, lo que he tratado de conseguir, pero eres tú quien tiene la palabra final.
Y otra novedad: la narración abarca veinticuatro horas (una hora por cada uno de los capítulos que componen la novela). Veinticuatro horas en las que la ciudad de Madrid (y el mundo en su totalidad) se enfrenta a lo desconocido: unos seres de origen extraterrestre han comenzado a invadirnos. Pero no es una invasión al uso. No hay belicosidad por parte de estos seres, solo incomprensión y desesperación. Su universo se muere. De alguna forma, han sido capaces de acceder al nuestro. Pero no de la manera correcta; no es un proceso fácil para nadie. Necesitan la ayuda de una persona en concreto para que su trasvase se materialice, y esa persona no es otra que el protagonista de Atrapado entre dos universos: Rod.
¿Y quién es Rod?
Rod (o el jodido Rod, como se refieren a él sus colegas) es el perfecto antihéroe: un drogadicto y delincuente de poca monta, sin oficio ni beneficio, atormentado por los fantasmas del pasado. Se pasa los días colocándose con drogas sintéticas y recordando, a través de distorsionados injertos de memoria, un mundo que ya no existe. Su vida no vale nada. Su existencia se reduce a un olvido selectivo y a salir de fiesta con sus amigos; a emborracharse, delinquir y hacer que las horas y los días vayan sucediéndose.
No te voy a contar por qué unos seres de otro universo necesitan a este buen hombre para llevar a cabo su trasvase (eso lo descubrirás leyendo Atrapado entre dos universos; y, si ya la has leído, entonces ya sabes por qué), pero sí puedo decirte que él es el pobre diablo a quien el destino le ha dado el poder de decidir sobre todos sus iguales; sobre la humanidad en su conjunto.
Pero los seres del universo de al lado no son los únicos que andan detrás de Rod. Los Adoradores del Universo-2, una secta apocalíptica formada por algunos de los mejores científicos del planeta, también lo necesitan para que la profecía en la que creen se cumpla: el fin del mundo.
Con la ayuda de sus amigos, delincuentes y hackers como él, Rod tendrá que sobrevivir a la peligrosa vida en el Madrid del 2058, y más el día de la invasión extraterrestre, que coincide, caprichos del destino, con el de la celebración del referéndum para la reunificación de España y Catalunya, toda vez que esta segunda logró la independencia décadas atrás. Desde entonces, ambos países han seguido una línea paralela y descendente hacia los infiernos. Lejos queda el recuerdo de lo que «estado del bienestar» significó. Ahora, algunos políticos del momento quieren que ambos países vuelvan a fusionarse, y ¡sorpresa!: la población no puede estar más dividida al respecto. Y el grupo terrorista pro-catalanista, CAL, tampoco lo ve con buenos ojos.
En este contexto, en el que una invasión extraterrestre parece el menor de los problemas de los protagonistas, Madrid se convertirá en un hervidero en el que distintas fuerzas se darán cita, el mismo día y a la misma hora; veinticuatro horas de destrucción y supervivencia.
Dejando de lado el argumento y entrando en los referentes, mi yo de hoy en día no ha cambiado tanto respecto al de hace unos años. Sí puedo decirte que, de igual forma que Desafío total (Total Recall, 1990) fue la principal inspiración de Momentum, en este caso, muy probablemente, se trate de una mezcla de Robocop (1987), Akira (1988) y Días extraños (Strange Days, 1995).
El Madrid planteado guarda ciertas similitudes con la Nueva Detroit decadente del gran Paul Verhoeven o el Neo-Tokyo del no menos gigante Katsuhiro Ōtomo. Sectas apocalípticas, un brutal estado policial y militar, grupos terroristas campando a sus anchas, hackers con su propia agenda, drogas de diseño, y todo lo necesario para convertir la ciudad en un polvorín. Si «Neo-Tokyo is about to E-X-P-L-O-D-E» («Neo-Tokyo está a punto de E-X-P-L-O-T-A-R»), «en el año 2058, Madrid va a saltar por los aires».
Como no podía ser de otra forma, los géneros narrativos predominantes son la ciencia ficción y la acción. El cyberpunk, no obstante, sigue siendo el elemento vertebrador (tecnología puntera, implantes de memoria, clínicas clandestinas, bandas callejeras…). Los mismos referentes de Momentum marcan el compás de Atrapado entre dos universos, y lo hace para garantizar una cosa: que no haya lugar para la calma y la reflexión. Cuando Rod y sus colegas superan un obstáculo, ya hay una nueva amenaza manifestándose delante de sus narices.
Esto es Atrapado entre dos universos.
Esta es mi segunda novela.
Y, lo único que espero, es que la disfrutes (¡o que ya lo hayas hecho!). Que te sumerjas en ella. Que vivas el caos, el afán de supervivencia, lo absurdo y la esperanza. Como en Momentum, la esperanza juega un papel esencial. Incluso entre gentuza como Rod y sus amigos. Quizá tenga que ser una invasión de seres de otro universo lo que les haga madurar de una vez, a él y a toda su pandilla.
Ah, y una cosa más. La acción se desarrolla el 22 de diciembre del 2058, por lo que… ¡es Navidad! Quizá no era lo que tenías en mente, pero la banda sonora del fin del mundo va a estar compuesta por los villancicos que escuchabas de pequeñ@. Aunque, si lo piensas bien, tiene todo el sentido del mundo, ¿no?
Me callo.
Te invito a leer Atrapado entre dos universos. Si algo de lo que por aquí he dicho resuena en ti, no lo dudes. Y si ya lo has hecho, ¡gracias! Pronto, nuevas novelas e historias.