El fin de tu mundo es la sugerente y muy disfrutable novela debut del madrileño Janmi Pace. Gracias a una habilidosa combinación de géneros narrativos, que van desde la ciencia ficción dura hasta el space opera (y entre los que también hay algo de tecno-thriller y metafísica), y a una trabajada labor de ritmo y estilo, el autor logra que su obra brille con luz propia entre la ciencia ficción indie de origen patrio.
Pero, ¿de qué va El fin de tu mundo? Copio directamente la sinopsis, pues nadie mejor que su autor para ponernos sobre la pista de su creación:
«El fin de tu mundo será el inicio de muchos otros. La Tierra necesita un cambio o será el fin de tu mundo. En el año 2041, un suceso inexplicable en Marte tambaleará el destino de la humanidad. Una misteriosa figura alada abrirá el camino hacia la condena o salvación de toda la especie humana. La hipoacusia que padece Adassa Moore ha sido una barrera que siempre ha podido romper. Atrapada en la espiral de sus propias rutinas, se verá irremisiblemente envuelta en una aventura épica en la que los avances tecnológicos, evolución biológica, inteligencias artificiales y hechos inexplicables indistinguibles de la magia la atraparán acercándola hacia las estrellas».
A la estela de gran parte de la ciencia ficción clásica, y en concreto del universo utópico creado por Gene Roddenberry en la imperecedera saga Star Trek, la ficción de Janmi Pace se encuentra bien nutrida de etnias y nacionalidades. Se nos muestra una (envidiable) sociedad futura, avanzada, abierta, colaborativa y respetuosa. Una visión, por desgracia, todavía hoy del todo utópica (cuesta pensar que algún día seamos capaces de alcanzarla).
En este sentido, El fin de tu mundo ofrece una visión distinta a la que suelo tocar por estos lares, y se aleja de esas otras versiones más oscuras y pesimistas propias de, por ejemplo, el cyberpunk (a continuación, algunos ilustres ejemplos en esta web reseñados: Carbono modificado [Altered Carbon, 2002], Snow Crash [1992] o The Peripheral [2014]).
La novela se lee con enorme facilidad, engancha y mantiene el interés en todo momento. Va claramente de menos a más, y no es este un problema en sí mismo. Janmi Pace necesita espacio y tiempo para presentar adecuadamente a la enorme ristra de personajes que componen el cosmopolita mosaico de su historia. Los primeros capítulos poseen, por esto mismo, un ritmo algo más «sosegado» y pausado. Y lo entrecomillo porque, en realidad, los acontecimientos no dejan de sucederse en ningún momento; o, mejor aún: porque la montaña rusa de emociones en la que se convierte el último tercio de la novela hace que los dos primeros actos lleguen a palidecer en comparación. Para quien escribe estas líneas, esta última parte es la más emocionante y ambiciosa de El fin de tu mundo. Y gracias a este camino que Janmi Pace decide transitar en este último tramo, y a ese colofón final del que hablo, el resto de la obra gana enteros en su conjunto.
El estilo de Janmi Pace recuerda por momentos al de Michael Crichton o al de Dan Brown. Capítulos cortos, multitud de personajes y líneas argumentales desarrollándose en paralelo; numerosos ganchos narrativos, secretos que se van desentrañando lentamente… Y, algo que todos buscan pero que pocos consiguen: un muy satisfactorio grado de adicción que le obliga a uno a querer pasar más y más páginas.
Quizá uno de los puntos más difíciles de gestionar sea el tablero de ajedrez tan extenso en el que se desarrollan los acontecimientos (y lo sé por experiencia propia). Salvo que uno devore la novela de un tirón, es posible llegar a perderse entre tantos personajes secundarios (hay innumerables nombres y apellidos, y cuesta ir fijándolos, sobre todo al principio). En este sentido, Adassa y el Mago (el extraño ser alado que aparece en Marte) funcionan como los anclajes necesarios de la novela con los lectores. A través de ellos vamos introduciéndonos en el mundo del futuro, y guiados por sus reflexiones y sus actos, profundizamos en los conflictos planteados por la novela. Cuando ellos están presentes, la novela gana.
Los capítulos cortos favorecen el ritmo narrativo, pero impiden profundizar demasiado en cada uno de los personajes. No obstante, con el paso de las páginas, es inevitable terminar confeccionando mentalmente el complejo universo con el que Janmi Pace juega a su antojo. Por su lado, la prosa, si bien efectiva y con una fuerte personalidad, en ocasiones puede llegar a pecar de preciosista y poética.
(Sigo en la sección de spoilers porque hay ciertos elementos que me gustaría desgranar, y prefiero hacerlo con la libertad de haberlo avisado. Si no has leído la novela y quieres hacerlo con la información justa, te recomiendo no seguir. El fin de tu mundo se encuentra a la venta a través de Amazon).
¡Ojo! A partir de este momento, spoilers severos…
No estoy del todo seguro sobre las expectativas que tenía a la hora de enfrentarme a la novela. Pero lo que sí tengo claro es que no esperaba un cierre tan espectacular y, sobre todo, destructivo. Y no puedo decir que el conflicto no se haya ido fraguando; a fuego lento, de hecho, como mandan los cánones.
El misterio en torno al Mago, ese personaje inexplicable de poderes increíbles e incierta procedencia, no hace sino aumentar tras cada capítulo. Es, al fin y al cabo, el eje principal de la novela. Y, de la mano del Mago, el tablero de operaciones se amplía. Nuestra primera parada es Marte. Y Marte es ya lo suficientemente extraordinario como para entretenernos durante un buen rato (y si no, que se lo digan a Kim Stanley Robinson, a quien le dio para toda una trilogía y más de mil páginas), pero Janmi Pace tiene miras más altas.
Pronto, el radio de acción se amplía al Sistema Solar. Sin darnos cuenta, estamos recorriendo la Vía Láctea de la mano de un enigmático Mago y de una incrédula tripulación humana, que no entiende de lo que este ser es capaz, pero que contempla, maravillada, el salto evolutivo que la raza está experimentando desde su aparición. Y sí, finalmente se produce el temido/ansiado primer contacto. A estas alturas, los personajes ya están presentados, las subtramas políticas han podido desarrollarse, hay drama, relaciones sentimentales, misterios… Todo está sobre la mesa. Sin embargo, es la introducción de esta raza extraterrestre y beligerante lo que termina por culminar el titánico esfuerzo de su autor.
De repente, nos encontramos inmersos en una compleja secuencia de acción que nada tiene que envidiar a las de la genial adaptación cinematográfica de Starship Troopers: Las brigadas del espacio (Starship Troopers, 1997) o a los combates espaciales de la ya mencionada Star Trek. Algo más adelante, incluso, El fin de tu mundo se termina asemejando a las más recientes y espectaculares películas de superhéroes. Cuando el Mago ha de enfrentarse, cuerpo a cuerpo, con entidades extraterrestres en posesión de una tecnología imposible para los humanos, la cosa se convierte en un duelo de proporciones épicas en el que la Tierra y todos sus habitantes se ven reducidos a espectadores pasivos de la destrucción. La acción se siente realista, sucia y despiadada; muy visceral. Y todo ello tamizado por el peso de la incomprensión y la incertidumbre. Los extraterrestres son mucho más avanzados; poseen una capacidad de combate muy superior a la de los humanos y, lo peor, unas intenciones herméticas y oscuras.
La visión predominante, que durante la primera mitad de El fin de tu mundo se había mantenido en los terrenos de la utopía, el descubrimiento y la esperanza, en este último acto se torna sombría. Y no es malo que así sea. La obra alcanza una dimensión extra, y logra conectar las dos caras de una misma moneda. Al fin y al cabo, la raza humana ha recibido un regalo: un avance científico y técnico sin precedentes. Lo que le habría llevado, con suerte, siglos de existencia, se ha hecho realidad en apenas unas semanas gracias a los poderes del Mago.
Pero en el universo, como en la vida, no valen los atajos. Los humanos no están aún preparados para enfrentarse a las fuerzas que gobiernan la galaxia. El Mago ha sido un catalizador, y, si bien ha conducido a la humanidad a un estadio de esplendor sin precedentes, también termina por dejarla al borde mismo de la extinción, y enfrentada con una inteligencia extraterrestre temible y de un poder absurdo. Narrativamente, es un final que funciona a la perfección. Tenemos un clímax que se cierra por todo lo alto, pero también nuevos interrogantes. Uno se queda con ganas de saber más sobre el destino de los protagonistas y sobre la misteriosa raza alienígena con la que la humanidad se ha topado.
Janmi Pace se las ha arreglado para cubrir un espectro de tramas y subtramas enorme; de visitar y describir múltiples mundos extraterrestres; de reflexionar sobre las inteligencias artificiales; sobre la vida y la muerte; sobre la magia, el destino y el poder. Por todo ello, diría que El fin de tu mundo es una novela debut muy ambiciosa. A pesar de sus aristas y sus (pocas) irregularidades, el resultado final es más que notable. Una prosa sólida y un potente pulso narrativo permiten que todo el esfuerzo imaginativo de Janmi Pace llegue a buen puerto, y no solo eso, sino que lo haga con nota. Aquí me encuentro, imagino que como muchos de sus lectores, a la espera de ver con qué nuevas obras nos sorprenderá. Muy recomendable lectura.
Siempre es un placer leer ciencia ficción de autores patrios, y más aún cuando la calidad de la propuesta logra cotas tan elevadas y disfrutables como las alcanzadas por Janmi Pace. Por aquí, comparto su web, en la que podrás ahondar y profundizar en su biografía y obras. Y, por este otro lado, de nuevo, dejo un enlace a su novela, a la venta a través de Amazon.