Mi evolución Diamante es una estimable e interesante novela de ciencia ficción con tintes cyberpunk escrita por el debutante Unari E.S. Con ella, su autor deja inequívocas muestras de un estilo aguerrido y brioso, así como una capacidad imaginativa de lo más reivindicable.
A pesar de que la extensión de la novela sea más bien ajustada, se aprecia un notable esfuerzo en la construcción del mundo y en las repercusiones de algunos de los elementos narrativos más relevantes que configuran el relato. El descubrimiento de una exótica sustancia en los confines del Cosmos trae consigo cambios sociales de enorme calado para la humanidad. Los partidos políticos se adhieren a una serie de corrientes filosóficas y de pensamiento y dan lugar a las estirpes, grupos de poder en torno a los que, a partir de ese momento, se organiza la vida civilizada sobre la Tierra. Cada estirpe posee una serie de características propias, metas, visiones del mundo, creencias… La Energía Z, contenida en los diamantes traídos de la exploración espacial, facilita esta transición en tanto que permite un desarrollo interior superior al que hasta ese momento había sido posible. La Era Diamante da comienzo.
El mundo se reorganiza en torno a esta nueva realidad, pero no todo el mundo tiene cabida en el sistema. No tarda en surgir un nuevo grupo, el de los parias; tipos sin voluntad, errantes… o aimless, a secas. A este grupo de la discordia pertenece el protagonista de la historia: Javier Teiga; y es a través de sus ojos de quien asistimos a la distante y tumultuosa vida del siglo XXIV.
Paso a la zona de spoilers, aunque en realidad no voy a reventar la novela de arriba abajo como he hecho en otras ocasiones. Te animo a seguir leyendo y a valorar sobre la marcha si deseas saber más o no.
A partir de este momento, spoilers ligeros…
Unari E.S. se mueve con solvencia entre los bajos fondos de La Coruña (¡bravo por la localización!). Ambientes sórdidos, bandas callejeras y buscavidas pueblan las páginas de Mi evolución Diamante; esa low life que William Gibson, Neal Stephenson y tantos otros popularizaron en sus narraciones durante los ochenta y los noventa. Inadaptados al borde del sistema (aimless, en este caso) luchando por su supervivencia en un mundo corrupto y hostil en el que la vida humana vale poco o nada.
Estos pasajes callejeros le permiten a Unari E.S. lucirse, y a buen seguro que lo aprovecha; se le ve cómodo con los códigos del inframundo. Hay acción, jergas constantes, mala leche y humor negro (muy en la línea de Snow Crash [Neil Stephenson, 1992]); ¿alguien da más?
En contraposición a esta fluidez narrativa en los bajos fondos, el exceso de información se manifiesta como otro de los elementos más destacados de Mi evolución Diamante. Y no es este un problema propiamente dicho; al fin y al cabo, el autor ha creado un universo rico y profundo, y no hace otra cosa que explotarlo. No obstante, al tratarse de una novela corta, ciertos pasajes no terminan de quedar lo suficientemente claros; o se desvían en demasía de su foco principal. Quizá una novela de mayor extensión habría permitido un mejor aprovechamiento de los recursos.
El mundo creado por Unari E.S. da mucho juego, y es posible que Mi evolución Diamante no sea sino una carta de presentación de esa Europa futura que está por venir. Desconozco si existe la ambición de expandir o continuar el universo planteado en la novela, pero tal posibilidad permitiría explorar ciertas líneas argumentales y conceptuales que en esta ocasión, por una simple cuestión de pragmatismo narrativo, no se han terminado de desarrollar hasta sus últimas consecuencias.
Esto, en parte, me recuerda a lo que sucede en Carbono modificado (Altered Carbon, Richard Morgan, 2002). La obra de Morgan desborda de igual manera información por los cuatro costados; es una máquina de detalles, matices y digresiones, pero la extensión de la novela le permiten apuntalar todo ese ímpetu expansivo y creador. Y, si bien por momentos la narración también se vuelve un tanto confusa, Richard Morgan termina por encontrar el camino de vuelta, aunque sea trescientas páginas después de haber planteado la susodicha línea argumental y haberse «olvidado» de ella.
Javier Teiga (también conocido como «Tei»), el protagonista, es un personaje agradecido. En un mundo loco y decadente, no pertenecer a ninguna estirpe le confiere un aire de libertad e individualidad con el que es fácil identificarse. Su mascota, su dron y sus amistades hacen el resto (la colección de personajes secundarios con la que se relaciona es bastante completa, con especial mención a los villanos de turno). Se mueve con alegría y solvencia entre los peores barrios de la ciudad; siempre con un plan, incluso cuando no parece tener ninguno. Sus dilemas metafísicos son pertinentes y creíbles.
Las estirpes en torno a las que se organiza la sociedad son una suerte de versión evolucionada de los partidos políticos y las ideologías de pensamiento. Cabría preguntarse si un puñado de estirpes sería suficiente como para organizar a toda la población mundial. Inevitablemente, ha de haber gente que no se sienta identificada con ninguna; que posea una personalidad más conflictiva, o menos cerrada, si se prefiere: los aimless (me atrevería a decir que este hipotético grupo antiestirpes sería el más numeroso).
Nuestro protagonista lo es, y, como él, muchos otros que pueblan el mundo en un extraño trance, ajenos a la realidad más palpable. Bajo este paraguas, se encuentran los parias, los perturbados, los locos, los raros, los antisistema, pero también los más libres y ambiciosos de pensamiento, aquellos que buscan trascender al sistema y que no se conforman con ser un número, pues es a lo que en última instancia se reduce a la sociedad con el modelo de estirpes.
¿Hay algo de este sistema de estirpes en nuestro mundo? ¿Un germen, quizá? Uno no puede evitar pensar en los partidos políticos, pero también en los equipos de fútbol y sus fans, o en los seguidores acérrimos de un grupo de música… Se trata, al fin y al cabo, de compartir un esquema mental concreto. De ese pensamiento de rebaño que está tan estudiado; el sentirse parte de un todo, la protección que ello conlleva, el sentido vital, la realización personal…
En el caso de las estirpes, es un modelo de pensamiento global, que sirve para registrar y entender la realidad bajo unos mismos presupuestos, y ahí radica probablemente la principal dificultad. Cuesta imaginar que algo así pueda llegar a suceder, máxime con las divergencias de pensamiento que tienden a surgir, sin ir más lejos, entre los propios partidos políticos de una ideología similar. Siempre hay matices, y a todo el mundo le gusta poseer ciertos rasgos de personalidad; sentirse único y especial.
Por lo demás, llama también la atención el optimismo con el que Unari E.S. presenta a los organismos y las instituciones europeas. Uno querría contagiarse de su entusiasmo. En tiempos de Brexit, de atomización y lucha por las vacunas para el COVID-19, de incertidumbre en torno al proyecto europeo, la novela nos sitúa en un futuro lejano en el que Europa ha superado sus diferencias y, de una vez por todas, se ha establecido como un agente unitario relevante y de peso en la esfera económica y política mundial; es una nación-continente en la que los países son regiones, y las regiones de cada país han renunciado a su «identidad» en favor del proyecto europeísta. En el caso de España, esto sí que es ciencia ficción, y además de la dura.
Mi evolución Diamante es, en definitiva, una novela fresca y estimulante. Pese a adolecer de cierta arritmia narrativa puntual, se deja leer con facilidad. Unari E.S. se presenta ante el mundo con esta obra distópica, y diría que lo hace con buena nota. Se aprecia potencial, sobre todo en su capacidad imaginativa y en la fuerza con la que narra. Percibo que disfruta con ello, y que se lo está pasando la mar de bien mientras habla de cómo Tei revienta por completo a su contrincante en una pelea callejera, o de cómo los jueces corruptos tratan de hacerle la vida imposible, y eso no es que sea importante; es fundamental. No deja de resultar paradójico que la principal crítica que pueda hacerle es que su novela sea demasiado ambiciosa para su extensión; demasiado desbordante de detalles y matices. Bendito problema, ¿verdad?
Si queréis ahondar en la figura de Unari E.S., podéis localizarle en su blog, o en sus páginas de Twitter y Facebook.
Por lo demás, por aquí podéis adquirir Mi evolución Diamante en formato eBook, vía Amazon. La editorial es Con Pluma y Píxel.
En lo que a mí respecta, me mantendré al tanto de sus próximos trabajos. Siempre es un placer encontrarse con autores de género hispanohablantes, y máxime cuando tienen algo que aportar.