Aunque ya había oído hablar de esta curiosa iniciativa tiempo atrás, no ha sido hasta este año que me he animado por fin a participar (pinchando aquí puedes ver qué tal me fue). Para quien no lo conozco, el NaNoWriMo toma su nombre del National Novel Writing Month. Se celebra desde hace casi dos décadas entre los días 1 y 30 de noviembre. En su página web podéis encontrar mucha más información al respecto, pero, sintetizando, lo que el NaNoWriMo anima a hacer a todos sus participantes es escribir el borrador de una novela de 50.000 palabras en solo un mes.
Es más un reto que algo verdaderamente útil per se, aunque puede servir para forzarse y conocer los límites propios. Tal es como he decidido tomármelo. A día de hoy, mi ritmo de escritura oscila entre las 1.000 y las 1.200 palabras al día (esto incluye días en los que, por motivos diversos, no escribo ninguna palabra; y otros en los que soy capaz de dar salida a 2.000 o incluso 3.000 palabras).
A poco que se haga un par de cuentas (miento: con una cuenta basta, 50.000 palabras / 30 días), se obtiene que el ritmo de escritura diario que hay que alcanzar para lograr el reto es 1.667 palabras. Una cifra nada desdeñable. Ni que decir tiene que, forzando tanto la máquina, el borrador que salga puede llegar a ser tan borrador que termine por valer de poco o nada. Pero como no hay mejor forma de descubrirlo que probándolo, en esas estoy.
Voy a hacer una pequeña trampa (quizá no sea tal cosa, pero sí voy a salirme ligeramente de lo propuesto por el NaNoWriMo). En estos momentos me encuentro de lleno en la escritura de una novela que comencé a primeros de octubre (apenas llevo 20.000 palabras). Dado que he estimado que la extensión total de esta obra rondará las 100.000 palabras, voy a intentar escribir 50.000 durante el mes de noviembre, con lo que, si tengo éxito, comenzaré diciembre con 70.000 de las 100.000 palabras que necesitaría, casi nada. No es exactamente una novela de 50.000 palabras escrita para la causa, que es por lo que aboga el NaNoWriMo, pero creo que servirá para la causa.
Una vez finalice el mes, compartiré un informe lo más exhaustivo posible donde trataré de detallar mis ritmos diarios, trabas, complicaciones, descubrimientos, errores, impresiones y aprendizajes. Por lo pronto, y no es que sea un agorero, me da que no seré capaz de lograrlo. Mi actual ritmo de vida no me permita demasiadas improvisaciones, y teniendo en cuenta que mi conteo diario ronda las 1.000-1.200 palabras, me parece una barbaridad aumentar esa cifra en 400 y pico. No es imposible, pero sí muy difícil. Todo dependerá del partido que le saque a los fines de semana.
Para cualquier aspirante a escritor, como ya se ha comentado, es importante escribir una cantidad determinada de palabras al día para desarrollar el oficio necesario. No obstante, para quien empieza de cero, 1.667 palabras al día quizá sean una montaña inalcanzable. De todas formas, el aspecto lúdico con el que se enfoca la iniciativa favorece la experimentación y el no tomarse las cosas más en serio de lo que son. Registrándose en su web, es posible llevar un conteo y un progreso de las palabras escritas bastante minucioso y preciso.
Además, y este es uno de los aspectos más interesantes y puede que relevantes, la web cuenta con unos foros generales de discusión (también divididos por países) en los que la gente puede compartir y preguntar todo tipo de cuestiones relacionadas con el arte de la escritura, desde aspectos formales y de estilo, hasta narrativos u operativos. Merece la pena pasarse por ellos y echar un vistazo, pues hay mucho que aprender entre las preguntas y respuestas de unos y otros.
En un intento por hacer de la experiencia un acto más solidario y compartido, la web favorece que cada cual se cree una cuenta y añada a otros amigos escritores con los que ir compartido experiencias y progresos. De manera externa a la iniciativa, pero en paralelo, distintas páginas en redes sociales sirven de apoyo a los escritores y organizan quedadas físicas de escritura con las que compartir experiencias y escribir en grupo. La página de Facebook de NaNoWriMo Spain es uno de esos ejemplos.
Dicho lo cual, me marcho a escribir un poco de cyberpunk sucio, violento y metafísico, que es lo que toca ahora.