Awakening es el nuevo trabajo de Robert Parker, un viaje cyberpunk alucinatorio a través de los tonos más amables y disfrutables del synthpop y el retrowave. En el propio Bandcamp del músico sueco, se apunta que 2017 va a ser un gran año para la realidad virtual, con muchos tratando de escapar de este planeta cada vez más inestable.
Running Wild establece las pautas sonoras sobre las que el álbum va a moverse; elegante, fluido, con ecos a Daft Punk, potente e incansable, y con un esquema basado en el continuo flujo de unos y ceros virtuales y sonoros; digitalización extrema. Sonidos penetrantes y precisos, maquinales.
Showdown penetra de lleno en el complejo y vasto vacío del ciberespacio. Un divertido, bailable y agradecido viaje de ida hacia el centro de la máquina; hasta el corazón de la fría y mecánica I.A., del simulacro, de la irrealidad que se antoja más real que la propia realidad. Ritmos de pista de baile en lo que está llamado a ser un hit de las raves retrofuturistas del Madrid decadente de 2067. Magistral broche final, con un lento y suave interludio que permite al exhausto navegador de la Red recuperar el aliento.
On the Run continúa temática y formalmente el camino iniciado por Showdown, añadiendo nuevas capas y constricciones. Un escape prolongado y continuado en el tiempo, con beats concisos y sonidos adictivos. El salto virtual es ya inapelable. La mente se resiente, las pulsaciones se aceleran, el riego sanguíneo se intensifica, los músculos se estremecen.
Power. Sonidos más duros, sintetizadores más pesados; el poder de la virtualización ofrece su cara más áspera y distópica. Cambios de registro, pasajes ambientales, rupturas de ritmo… La máquina muestra sus picos y valles, la rave cyberpunk exige mentes más abiertas, más y mejor conectadas al hiperespacio, o a la helio-esfera. La canción más corta del álbum, y también la más intensa, ¿la más bailable? El cuerpo no, pero la mente disfruta, las conexiones neuronales se disparan, se asocian y disocian, jocosas, felices.
DiscoDeath llega de imprevisto. Sonidos oscuros y densos, recuperando las atmósferas de Running Wild, pero pasadas por una trituradora y bañadas en salsa picante; más impías. El universo Tron se percibe a lo lejos, Daft Punk sonríen detrás de sus cascos. Una deliciosa muerte disco; muerte por sobredosis de sintetizador. El mundo real queda ya demasiado lejos. El breve interludio central ofrece una nota de diversión y espontaneidad, de individualidad dentro de la perenne homogeneidad.
Out of Love se inicia continuista, pero pronto emerge como un sutil encerado de matices, con notas disonantes añadiendo verdad y sustancia a un viaje terminal, pero necesario. La contaminación, las guerras, el hambre, la enfermedad y el caos del mundo han quedado afuera por unos instantes. El cerebro prevalece. La realidad virtual triunfa.
Portada deliciosa, por cierto, con un prototípico miembro de banda callejera cyberpunk. Implantes cerebrales, prótesis de brazo y pierna. Unión perfecta hombre-máquina, altavoz-cerebro.
Duración: 31 min.